Acero inoxidable


Soy de los que se deprimen los domingos. ¿Por qué? No viene al caso, pero la buena noticia es que nunca me quedo en la depresión y trato de buscar actividades para quebrar esa nostalgia rara que me embarga en esos días. Yo les llamo “antidomingos”, aunque no creo que esté inventando la pólvora con el término.

Algo parecido me pasó el viernes santo… ¿y cuál fue el “antiviernes santo” elegido para la ocasión? Ver a Motorhead en el microestadio de Argentinos Juniors. Mejor imposible.

"We are Motorhead, and we play rock and roll". Así arrancó el show del grupo más punk del metal. Porque, que me perdonen los metaleros, pero a pesar de que las raíces de la banda pasan por el rock de los 50 y 60, y el blues, Motorhead tiene un alto componente punk, tanto en la actitud, como en la manera de ejecutar estas influencias.

La clave es la manera en que se aceleran las canciones y la forma de tocar de Lemmy Kilmister, de 64 años. El veterano bajista rasga su bajo Rickenbaker como si fuera una guitarra y lo distorsiona al máximo, dándole a la banda ese sonido tan característico que te permite reconocerla de inmediato en cualquier parte.

Claro que esto es un trío, y un bajo poderoso no alcanza. El otro engranaje fundamental de la banda inglesa es esa pared humana llamada Mikkey Dee que le pega a los parches como ningún terrícola puede hacerlo. Sólo una vez me crucé con un baterista que toque de esta manera… y fue hace dos años, en la anterior visita de Motorhead. Créanme: vi muchas bandas en mi vida, pero animales como este no abundan.

Generando una sensación inversamente proporcional a Mikkey Dee, se encuentra el insoportable Phil Campbell en la guitarra. Perdón, es que no lo tolero: toca demasiado alto y agudo, no me va su estilo y hasta me molesta cómo camina por el escenario rumiando su chicle.

Con respecto al show, me resultó toda una paradoja que hace justo una semana vimos a Kiss y toda su parafernalia en River, y este viernes nos topamos con un evento absolutamente despojado de efectos, rústico en todo sentido. ¿Pero hacía falta algo más que música? La verdad que no y estuvo bien que así sea. Fue puro “palo y a la bolsa”, como dice mi amigo el Heavy, que me acompañó con su hijo Juan en esta ocasión.

Los mejores momentos en mi opinión fueron el arranque con Iron Fist y Stay Clean, luego con Another Perfect Day, también el solo de batería de Mikkey Dee, el set acústico y blusero con Whorehouse Blues, y el final con Ace of Spades y Overkill.

No soy un fan consumado de Motorhead y, de hecho, en varios pasajes del show me pregunté por qué no habré invertido el dinero de la entrada en ver a Radiohead en el Quilmes Rock. Sin embargo, y a pesar de no conocer todos los temas, la pasé bien, incluso con tanto malandra y marginal en los aledaños del recinto.

Luego de tanto heavy metal (o rock como lo llama Lemmy... ¿que hará Oasis entonces?) y con los oídos todavía zumbando, nos dirigimos a Petaca´s para ver como Newell's le empataba a Tigre sobre el final del partido, mientras degustábamos una sabrosa pizza.

Como ven, no nos privamos de nada...

10 comentarios:

Veronica dijo...

bien inco ! la primera parte de tu reseña me hizo acordar a lo q en algun momento estudie..la teoria salutogenica de Aaron Antonovsky ..que habla de como los hombres pueden de alguna manera "optar" por deprimirse y enfermar o ir para el lado opuesto..optar por la salud y la vida...segun el todo depende de los recursos de resistencia y el sentido de coherencia individual..
el habla de la salud y no de la enfermedad y dice que la salud no es ausencia de dolor y de dolencias sino que esas condiciones forman parte de la existencia saludable. Salud para el es la fuerza espiritual y capacidad de equilibrio para lidiar con los desafíos traídos por el dolor y por la dolencia. Nietzche intuyó esto al escribir: "lo que no me mata, me fortalece" ....asi que no te preocupes por la depre de los domingos...y esas cosas que a todos nos pasa...ponete contento que tenes recursos para hacerle "ole" e irte a ver un recital de Heavy metal...eso te deberia poner re contento...el resto es parte del ser Ser Humano..besos y felices pascuas amigo.

Mike dijo...

Esta vez no fui a ver a Motorhead pero me hubiera gustado estar presente. Las otras veces que los vi me parecieron fabulosos. Recuerdo cuando abrieron para los Ramones en Velez y el primer tema del set fue Ace of spades. Tremendo. Lemmy is God, como decian en Airheads. Por mi parte, ya estoy preparando el maquillaje para ver a los New York Dolls la semana que viene. Abrazo.

Caro Pé dijo...

Es tremendo este Lemmy! Siempre escuché de el y su banda.
Secreto: Lo poco q escuché de Motorhead no lo recuerdo

distorsiona su bajo locamente?
Epa!
Y un tipo con sus añitos.Personaje agradable

Está muy bien... dijo...

... y los gustos hay que dárselos en vida, che...
Cuánto rock'n'roll junto In! (o punk, o thrash, o metal, o...) Satisfecho? Llenito?

Sabés que a mi me sucede algo parecido: sea donde, como y con quien sea, aunque esté pasando un día maravilloso, con gente maravillosa, haciendo cosas maravillosas, siempre (pero siempre) hay un maldito instante que me pega el bajón dominical, la verdad que el por qué yo no lo sé y tampoco sé como evitarlo, simplemente sucede y ya, inevitable...

Ey, decime... y fuera del recinto lo pasaste mal? Digo por los malandras y marginales de las zonas aledañas? (eso me sonó raro... más lo de los marginales... te lo tenía que decir...)

Más besos de domingo!!!!

Nik.-

consejo dijo...

No abandone el blog que viene Lemmy, se calienta y nos vamos todos a la reverenda mierda.
Destruye todo! : (

wallychoo dijo...

Para la depre de los domingos existe:http://www.pude.com.ar/

Por un domingo eterno, visitalo son buenos amigos

Buen Blog

Franky dijo...

Que grande inco, vaya manera de no dejar que te deprima el viernes, irte a ver un concertazo de motorhead, vos sí que no te andás con chiquitas!

(Con chiquitas de 18 años).

vero dijo...

abandonaste el barco? vero

Darío dijo...

Estuve allí!

El inconsistente dijo...

Darío: Estuvo ahi? Comente señor