Monstruos afuera y adentro


Esta semana me llevé una grata sorpresa con La niebla (The Mist), la última película de Frank Darabont (Milagros inesperados, The Majestic), basada en una historia de Stephen King. Ojo, el filme no tiene nada que ver con La niebla (The Fog, 1980), de John Carpenter, como dijo un bastante desinformado crítico de cine en un conocido programa radial.

Como no leí el libro –hace tanto que no leo nada de este prolífico escritor– no tenía referencias de la historia. Y como tampoco leo demasiadas críticas, me imaginaba otra previsible película de terror protagonizada por jóvenes bonitos, atléticos y con linda dentadura.

Craso error de mi parte. La niebla es una película compleja y llena de aristas, con varias lecturas superpuestas sobre las relaciones entre los seres humanos, los mesianismos demenciales y los límites de la investigación científica.

Una tormenta nocturna azota un pueblo. A la mañana siguiente, con la electricidad y las comunicaciones cortadas, baja de las montañas una extraña niebla. Un artista gráfico, su hijo y un vecino van hasta el pueblo para comprar provisiones en un supermercado que desborda de clientes temerosos con la situación. Imprevistamente, un hombre ensangrentado llega gritando que cierren las puertas del comercio porque la niebla parece no ser un simple fenómeno metereológico.

Así, encerrados, los habitantes del pueblo deberán lidiar con las criaturas que los acechan desde afuera, pero también con ciertas conductas mucho menos sobrenaturales: el fanatismo religioso, el egoísmo, la cobardía, y en definitiva, toda la desintegración social provocada por el terror y la claustrofobia. En este aspecto, es notable la influencia de George Romero en el trabajo de Darabont.

También asombra el papel de Marcia Gay Harden (Río Místico), como una fanática religiosa que irá ganando adeptos a medida que pasan las horas de encierro, y Toby Jones (el Truman Capote de Infame), como un simple empleado de supermercado con una inesperada efectividad con las armas de fuego. El resto cumple con lo suyo sin sobresalir demasiado, aunque el rol principal recae en Thomas Jane, protagonista de la adaptación del comic de Marvel, The Punisher.

Cine de terror del bueno, con un final tan doloroso como absurdo. Te la recomiendo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por la recomendación Chacho, seguro la estaré viendo. Ahora una duda. Tampoco nada que ver con nuestra niebla capitalina??? cuantas coincidencias, por diorrr

El inconsistente dijo...

"Todo tiene que ver con todo"

Ya lo decía el cada vez más gay Pancho Ibáñez