Enigmas en Oxford


Los crímenes de Oxford (The Oxford Murders) es una película extraña dentro de la filmografía de Alex de la Iglesia, realizador también de El día de la bestia (1995), Muertos de risa (1999) y La comunidad (2000), entre otras.

Este último trabajo me descoloca un poco. No porque sea una mala producción, esté mal dirigida o el casting no sea el adecuado. Todo lo contrario. Sino que me pasó lo mismo que cuando me topé con Match Point de Woody Allen: no la reconozco, no logro reconocer al universo del director. En definitiva: no parece una película de Woody Allen, aunque sea un gran filme.

Con Los crímenes de Oxford me pasó exactamente lo mismo. No encuentro el humor negro, la irreverencia y la ironía habitual en los filmes del español; esas líneas de diálogo absolutamente desatadas con finales totalmente imprevistos; y esos personajes tan demenciales.

Los crímenes de Oxford es una película, cómo decir... solemne. ¿Pero esto implica una apreciación negativa de mi parte? En absoluto. Sólo digo que sería un thriller perfecto para Joel Schumacher, pero la dirigió un español y transcurre en Inglaterra. Además, está realizada en inglés, con lo que parece que el amigo Alex (digo amigo porque una vez le estreché la mano en la disco Kika de Palermo y estuve una semana hablando de eso) anda con ganas de jugar con los chiches caros de Hollywood, algo que ya había intentado sin demasiado éxito con Perdita Durango (1997).

¿De qué la va la película? La trama comienza en el momento en que Martin, un joven estudiante estadounidense, llega a la universidad de Oxford con la intención de que Arthur Seldon, prestigioso profesor de lógica, dirija su tesis doctoral. El primer encuentro se da cuando ambos descubren, por accidente, el cuerpo de una anciana asesinada en su propia casa. Será el primero de una serie de crímenes que podrían pasar por muertes naturales si no fuera por los símbolos que los acompañan. Recorrer ese camino implica también poner a prueba no sólo las convicciones matemáticas, sino la propia forma de entender el mundo del profesor y de su alumno.

Elijah Wood (El señor de los anillos), se pone en la piel del estudiante y... sigue siendo Frodo. No, en serio: nunca me gustó como actúa, pero acá sale airoso. Por su parte, John Hurt (V for Vendetta, Alien, etc, etc, etc) es el profesor Seldom. ¿Y qué puedo decir? Es indiscutible la condición actoral de este tipo, este enorme y subvalorado actor. Por último: atención a Leonor Watling (Paris, je t'aime) que está deslumbrante.

A pesar de su complejidad –con permanentes referencias en los diálogos al mundo de las matemáticas y la filosofía– y cierta monotonía, vale la pena ver esta película y tratar de dilucidar hacia dónde apuntará, de ahora en más, la carrera de Alex de la Iglesia.

3 comentarios:

Demóstenes dijo...

En una entrevista, Alex de la Iglesia comento con respecto a esta peli un cambio en su cine. Dentro de un proceso de maduración en esta pelicula paso del "cine de autor" al "cine de genero". La gente joven tiende a expresar sus inquietudes de una manera muy personal mientras que la madurez en general tiende a limitar su impronta personal en funcion de valores universales.
Comentario al margen.el libro original es de un escritor argentino,Guillermo Martinez.

Anónimo dijo...

Me extraña Chachin, te falta un dato clave. La peli está basada en la novela de Guillermo Martínez, un escritor argentino, que justamente es matemático e hizo su doctorado en Inglaterra. Yo lo leí el libro, es muy muy Agatha Christie, autora que me quitó muchas noches y tardes de mi pubertad. A priori el casting me parece bueno, acorde al libro, me extrañó mucho lo de Alex de la Iglesia!!! pero a la vez me intriga, y con tu reseña voy directo a verla

El inconsistente dijo...

Mer

Ya estaba al tanto de que la película está basada en el libro de Guillermo Martínez.

Simplemente no quería seguir extendiendo una reseña ya de por sí demasiado larga.

Preferí focalizarme en lo que sé, y no ahondar con datos sobre un libro que no leí.

Igual, gracias. Muy buena tu acotación!