Cromagnon sobre ruedas


No tengo ganas de aportar demasiado sobre este tema, no puedo ni quiero superar la avalancha informativa que nos aplasta desde el domingo.

Sí se me ocurre una reflexión, que no entiendo por qué los medios están dejando pasar, no entiendo el por qué de tanta miopía intelectual.

Ahora el villano es el chofer que cruzó la barrera baja, negligente, ignorante, etc. etc. etc. Al igual que con el caso Cromagnon, donde parece que el único culpable fue Omar Chabán, o el de LAPA, donde los pilotos fueron los malos de la película, seguimos errando el análisis.

Empresarios amorales, con ánimos de lucro descontrolados, y un Estado absolutamente inexistente, que no cumple ninguna de sus funciones… ¿ahí no hay responsabilidad?

¿Por qué nadie dice que los choferes de las empresas como El Rápido Argentino pasan días arriba del ómnibus, durmiendo mal y en el propio lugar de trabajo?

¿Qué diferencia hay en este caso con los bolivianos que comen y duermen en los talleres textiles, justo al lado de las máquinas donde trabajan no sé cuántas horas por día? No veo diferencias.

Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte en Argentina, con un promedio de 22 fiambres diarios. ¿El Estado no tiene la culpa de esto? Un Estado que no controla, no arbitra y no educa no puede esperar otro resultado más que esta estadística.

Y después sale Cristina Kirchner a hablar por los medios y a lamentar lo ocurrido, pidiendo que “se respete la vida”.

Que siga el circo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No solo la prensa sale a demonizar al chofer del micro, sino que la misma empresa que lo contrata en condiciones que ya describiste antes, lo deja librado a su suerte. El presidente de la compañía el Rápido le soltó la mano al declarar este fin de semana "dejaremos que caiga sobre él todo el peso de la ley". Claro, porque sabe que así no les va a caer a ellos...