El látigo azota de nuevo
Casi 20 años después de la última película de la saga, Steven Spielberg vuelve a la carga con Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull). Y la noticia es buena, muy buena, aunque no puedo dejar de preguntarme… ¿por qué tardó tanto?
En esta última entrega, la acción se traslada a 1957, en plena Guerra Fría y su consecuente paranoia anticomunista. Los enemigos ya no son los nazis sino la KGB, especialmente, una despiadada integrante, Irina Spalko, que interpreta estupendamente Cate Blanchett.
En la trama Henry Jones (no olvidemos que así se llama el arqueólogo y que Indiana era el nombre de su perro) deberá encontrar una extraña calavera en el Amazonas. Se trata de un objeto legendario, pero que le brindará poder supremo a su poseedor, por lo que la agente Spalko lo perseguirá sin descanso, además de apresar al profesor Oxley (John Hurt) y a su ex compañera de aventuras, Marion Ravenwood (Karen Allen), que resultó ser la madre de un joven rebelde (Shia LaBeouf), que vino pidiendo la ayuda de Jones y que también se llama Henry; así que podés ir sacando tus conclusiones...
Volviendo a la pregunta que formulé más arriba. ¿Por que Steven tardaste tanto en retornar con las aventuras de Indy? ¿Por qué George Lucas, creador del personaje y motor de estas películas a través de LucasFilms, nos tuviste 19 años esperando por esto? ¿Por qué tuvimos que soportar tanta basura digital, por ejemplo, la reciente Meteoro (Speed Racer), de los siniestros hermanos Wachowski?
En estos tiempos donde se abusa con descaro de los efectos generados por computadora (CGI), es refrescante toparse con una película de aventuras en su tradición más genuina, con actores de carne y hueso, con locaciones, dobles de riesgo y toda la magia a la que nos tuvo acostumbrados Hollywood durante décadas; además de ver en acción a un realizador de verdad, uno de los pocos que le queda al cine comercial.
No es que Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal no tenga efectos digitales. Los tiene, por supuesto. Steven Spielberg fue uno de los impulsores de esta tecnología en la creación de Jurassic Park (1993), y cuando tuvo que elegir entre la animación stop motion y la digital, se inclinó sin dudarlo por la segunda.
Pero los efectos CGI están utilizados como una herramienta que ayuda a desarrollar la historia, no son “la película”. De hecho, sin no estuvieran, no importaría porque el argumento es sólido, las escenas de acción están increíblemente bien filmadas y a los actores les sobra oficio.
¿Qué decir de Harrison Ford? Cumple 66 años en julio y está (casi) intacto. Lo ves con el sombrero y su látigo, y te das cuenta que la mística nunca se fue. Es él, el héroe que ya forma parte del imaginario popular. Es Indiana Jones, y es una alegría enorme tenerlo de vuelta. Y algo me dice que para él también porque se divierte como loco en la película. Si hasta hizo algunas escenas bastante jugadas, que creo que con mis 37 años yo no podría hacer ni en pedo.
Ya lo dijo Indy en los Cazadores del arca perdida (Raiders of the Lost Ark) de 1981: No son los años, es el kilometraje...
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