Humo Eternáutico


“Todo hasta donde se podía ver, se cubría de aquella nevada. Nevada irreal, mortal, terriblemente mortal... Vacilé. Abrí la puerta, pero lo hice en forma mecánica: todo mi ser estaba como encogido, aguardando de un instante a otro la violenta tiniebla que debía ser la muerte...”

El Eternauta, Primera parte (Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, 1957)

Llegué a Buenos Aires vía Ezeiza y me encontré con la noticia de que una extraña nube de humo y cenizas invade la ciudad. También me contaron que cayó un meteorito en Entre Ríos, lugar próximo al supuesto origen de la humareda, pero que nadie lo pudo encontrar aún.

… ¿Será que ya está en marcha la invasión vaticinada por Oesterheld?

Gracias a Mercedes por disparar esta loca asociación de imágenes.

1 comentario:

mereq dijo...

No se si están llegando o no, pero la verdad, el miedo de un gurbo a la vuelta de la esquina es demasiado latente