Primer aniversario

Hace exactamente un año y 31.054 visitas comenzaba la experiencia bloggera de El inconsistente. Mi primer post fue una suerte de bienvenida en la que explicaba los motivos para iniciar una bitácora online. 365 días después me pregunto para qué habré tratado de explicar estas motivaciones. Algo totalmente absurdo.

No voy a realizar balances en este primer aniversario, sólo quiero transmitir las sensaciones acarreadas con ese primer post y los inmediatamente posteriores, que se acumularon en un promedio de tres por día en los primeros meses. Los sentimientos fueron cercanos al orgullo y la plenitud, aunque de rápida disolución.

El orgullo se disipó cuando comprobé que mi ego me había empujado a difundir el blog entre mucha gente cercana, por lo que se volvió imposible volcar determinadas experiencias personales. De pronto, hasta mi mamá leía El inconsistente.

La solución fue poner en marcha otro blog que muchos de ustedes no conoce, ni conocerá, y los que tienen alguna referencia suya, jamás podrán relacionarlo con este autor.

Con respecto a la plenitud, mutó rápidamente en insatisfacción. En realidad, la insatisfacción siempre estuvo y estará ligada a mi persona, sólo que el blog lograba adormecerla por unas horas. Ahora convivo con ella, como siempre, las 24 horas del día.

A los que me leen periódicamente, sólo me queda agradecerles la devoción. La verdad que yo no perdería ni 10 minutos de mi tiempo en leerme, así que no deja de sorprenderme el hecho de toparme con 30 comentarios en un post.

A los que dudan de la continuidad. Les confirmo que El inconsistente sigue. Tengo que sacar algo bueno de esto y hasta que no lo logre no voy a detenerme.

Gracias a todos